Durante años se ha discutido qué hacer con el agua contaminada por la radiación, en 2019, el entonces ministro de medio ambiente de Japón, Yoshiaki Harada, dijo que "la única opción sería drenarla en el mar y diluirla". 2 años más tarde, durante la cumbre de alto nivel en 2021, la medida fue aprobada.
Falta de transparencia es la crítica que hace el Foro de las Islas del Pacífico a Japón. Henry Puna, Secretario general del Foro, asegura que no se han suministrado pruebas científicas independientes y verificables, compromiso al que llegaron sus líderes en la pasada cumbre.
“Los pueblos del Pacífico son pueblos costeros, y el océano continúa siendo una parte integral de su vida, de su subsistencia” dijo Puna al sitio web Stuff, pidiendo también que se aplace la descarga de agua hasta que expertos del panel del fondo aprueben que es seguro para las comunidades locales y la vida marina.
Después del desastre de 2011, muchos países prohibieron la importación de mariscos pescados en la costa noreste de Japón afectando la economía de la industria pesquera de esa región, hoy nuevamente se ven afectados, líderes del gremio temen que los consumidores se nieguen a comprar sus productos.
Los tanques se siguen llenando y las opiniones siguen divididas, hay otros científicos como Rodney Ewing, profesor de seguridad nuclear en la Universidad de Stanford (EE.UU.) que aseguran que "El tritio tiene una vida relativamente corta" explicando que “sólo” permanece durante unos 12 años, es decir que en aproximadamente 120 años más del 99% se habría descompuesto.
"Un millón de toneladas suena a que es un gran volumen. Y sí, lo es, pero aun así es sólo una billonésima parte del volumen del agua en el Pacífico" Esta fue la frase que le dijo a BBC Mundo Chary Rangacharyulu, experto en física nuclear de la Universidad de Saskatchewan (Canadá), afirmando así que la medida no representa mayor riesgo.
La ONG Greenpeace lleva años oponiéndose a la medida, sosteniendo que el agua almacenada en Fukushima contiene "peligrosos niveles de carbono 14" una sustancia radioactiva que según el grupo ambientalista "tiene el potencial de hacerle daño al ADN humano".